Vídeos: Los cuadros del Museo del Prado llegan a Torre Iberdrola, Las mujeres en el siglo XVIII y Botiquín de farmacia del siglo XVIII.
Los cuadros del Museo del Prado llegan a Torre Iberdrola
Ser
testigos de cómo se manejan los cuadros de uno de los más afamados
museos de arte del mundo, cuando se ceden para una exposición temporal,
es un privilegio. En esta nueva entrega, presenciamos este momento de la
mano de la restauradora y correo del Museo del Prado, Herlinda Cabrero,
responsable de la custodia de las obras hasta que fueron colgadas en la
planta 25 de Torre Iberdrola.
La pinoteca ha prestado para la
muestra La memoria recobrada cuatro hermosos cuadros. Por un lado, El
Jardín Botánico, de Luis Paret y Paisaje con perspectivas
arquitectónicas y alegorías de las artes, de Charles Flipart, que nos
hablan de las mejoras urbanísticas emprendidas en la capital del reino y
de los avances culturales en el “siglo de las luces”. Por otro, un
lienzo de Antonio de Brugada Naufragio de un galeón, y una
extraordinaria Vista de Bermeo, que retratan la guerra naval y el
comercio marítimo, también durante el siglo XVIII.
Las mujeres en el siglo XVIII
Las
modas, las tertulias, los salones de baile...y, en concreto, el papel
de la mujer en la sociedad del siglo XVIII, es otro de los aspectos que
aborda la exposición La memoria recobrada, desde las clases altas hasta
los oficios de las mujeres humildes. La muestra refleja el esplendor de
la aristocracia a través de cuadros como el retrato de la marquesa de
San Andrés, que contrasta con estampas populares, como el óleo La
escabechería. En este vídeo, el comisario, José Manuel Guerrero Acosta
hace especial hincapié también en las mujeres norteamericanas y
españolas que participaron en la contienda, ya que fueron muchas las que
con su trabajo o su apoyo, e incluso combatiendo en el campo de
batalla, se convirtieron también en protagonistas de la historia.
Botiquín de farmacia del siglo XVIII
Vega,
restauradora, nos invita en este vídeo a presenciar cómo restaura una
de las piezas de la exposición La memoria recobrada: un botiquín de
viaje del siglo XVIII y botes de quina —que nos recuerdan el preciado
medicamento contra la malaria—, procedentes del Museo de la Farmacia
Hispana de la Universidad Complutense. A los rebeldes norteamericanos se
les enviaron medicinas, armas y pertrechos, muchos de los cuales se
fabricaban en el País Vasco. Figura fundamental para todos estos
suministros fue el bilbaíno Diego María de Gardoqui, quien recibió el
encargo real de gestionar los envíos confidencialmente mediante su
compañía marítima.